La compañía turca Eczacibasi pasó por Barcelona con un grupo reducido de Vips. Querían para la cena de despedida una actuación que no solamente amenizara, sino que motivase a los asistentes a, al menos, tararear canciones famosas y aplaudir, aplaudir mucho. Y eso hicieron las guitarristas: levantarlos de sus sillas envueltos de acordes y ritmo ibérico.
